Recordar es volver al centro
y en ese centro… florece la Rosa
Mi alma recuerda dejando mudas las palabras.
En mi se reaviva el murmullo de las aguas antiguas, el frescor del musgo bajo los pies, el canto suave de los árboles que custodian secretos y la luz dorada que cae sobre la piedra viva.
El lugar donde el velo es delgado y el corazón se alinea con los ritmos sagrados de la Tierra.
Avalon, llama que arde en lo hondo,
una nostalgia que no duele,
porque también es promesa.
Allí donde el tiempo se curva,
donde las antiguas presencias aún viven,
donde la Rosa se abre sin hacer ruido…
una parte de mí sigue caminando.
Y hoy, al recibir este colgante,
siento que se me ha entregado una llave.
Un códice que no abre puertas afuera,
sino memorias dentro.
Un gesto que me recuerda quién soy,
quién he sido,
y todo lo que aún vive en mí.
Gracias, con el alma abierta,
a quienes me han hecho llegar este regalo.
Porque en su belleza,
he vuelto a recordarme.
La unión de la pureza
resurge del renacer oculto entre la niebla. Agradecida a la tribu que une con amor,
los hilos del tiempo para el reencuentro.
Gracias almas bellas
Seguimos caminando bajo el manto de las estrellas
Gracias Natalia, Flor, Sabrina, Rosalia y Auxi
