En el abrazo del eclipse, la tierra se detiene, invitando al alma a danzar con las sombras que se despliegan en el lienzo del cielo.
Es una oportunidad, un susurro del universo para detenerse, para reflexionar en el vaivén de la existencia.
¿Dónde se desvanece nuestra energía?
¿Dónde el foco se pierde en el laberinto de la rutina?
En este manto oscuro, encontramos el espacio para observar, para reconocer dónde nos cuidamos, dónde nos respetamos en la búsqueda de aceptación.
En la penumbra del eclipse, las palabras toman forma, emergiendo de lo más profundo de nuestro Ser, llevando consigo el eco de nuestro sentir, el eco de nuestro dolor más íntimo.
Es un tiempo de coherencia, de alinearnos desde el corazón, de recordar quiénes somos en nuestra esencia más pura.
Dejamos atrás al niño interior infantiloide, al prepotente que reclama sin cesar, al que exige sin comprender la magnitud del dar y recibir
Evitamos las espirales sin sentido, esas preguntas que nos arrastran hacia la oscuridad de la victimización, porque en este eclipse renunciamos al papel de víctima.
En su lugar, nos alzamos con fortaleza, con la certeza de que somos los arquitectos de nuestro destino.
Abrazamos la luz que se filtra entre las sombras, rechazando el catastrofismo que intenta asentarse en nuestro Ser.
Comenzamos a reconocernos como seres de Luz, danzando en la dualidad de la vida, encontrando el equilibrio en la cadencia de los astros.
Siendo un recordatorio de nuestra propia grandeza, de nuestra capacidad para trascender las sombras y brillar con la intensidad de mil soles.
No lo olvides, No te olvides
Te acompañamos a tu reencuentro
Jessica y Gorka 💜💜
Te acompañamos a tu reencuentro
·El Lenguaje del Alma·
