Hoy quiero contaros recuerdos de mi infancia, que seguramente todos, habréis experimentado situaciones similares.
De pequeña, como cualquier niño, tuve mis caídas, y algunas venían con sangre.
¿Quién no se hizo una avería con la bici o jugando a ser niño?
Mi abuela, sabia como todas, tierna y amorosa con su protección. Cada vez que me hacia una herida y tenia que curarme, me decía:
“Si escuece, si pica, es que esta sanando”
Y a mí de niña, no me convencía, pero una parte de mi se tranquilizaba y decía, vale, lo entiendo, tiene que picar, escocer, doler para que mi cuerpo pueda curarse.
Ahora, de mayor… comprendo esa sabiduría que me transmitía mi abuela.
Ya que de cada herida que tenemos, para que sane, tiene que picar, que escocer, que doler.
Ya que ahora, cuando veo mis cicatrices, sé que todas fueron necesarias para aprender de la vida.
Saber que me puedo caer si voy con la bici, Si me echan de un trabajo, si algo sale mal… duele.
Claro que duele, y mucho!
Pero ahí es cuando sanaré mis heridas, Daré mucho mimo y amor para poder sanar cada una de esas cicatrices que forman mi yo, mi esencia.
Gracias abuela por sanar mis heridas.
Gracias por compartir tu sabiduría.
Haz como ella, Y deja que “escueza” mientras sanas ya que luego, verás esas cicatrices con un amor increíble en ti mism@.
Os honro, nos amo.
Jessica 💜
·El Lenguaje del Alma·