Hoy quiero hablaros de cómo la enfermedad y el dolor han sido un compañero en mi vida.

Desde muy pequeña siempre tenía dolor en mi cuerpo, dolor en los huesos, algo que a veces me impedía seguir el ritmo de vida.

Cuando no puedes moverte del dolor, las fuerzas se van y todo parece estar envuelto de una capa gris en la que entras en el olvido.

Olvido por los de alrededor, pues deben continuar su vida, y olvido a ti mismo, por creer a los médicos con sus diagnósticos demoledores.

Así que acepté que mis tiempos eran diferentes, que tenía que ir al compás que marcaba mi cuerpo cansado.

Empecé a comprender el porqué de cada dolor de mi cuerpo, qué me quería mostrar con tanta enfermedad.

Ya que sólo así, es como di vuelta a los diagnósticos que eran imposibles de cambiar.
Ahora escucho mi cuerpo y se darle amor donde antes sólo veía rechazo por no poder hacer, lo que los demás hacían.

Hoy puedo decir que crónico es una palabra que no va conmigo, ni con los resultados de mi cuerpo.

Por eso recuerda que nada ni nadie,
te diga lo que no puedes hacer.

Tu eres el dueño de tus días,
no tus diagnósticos
y cuánto mas te enfades y rechaces
aquello que habla tu cuerpo,
más poder le darás
a que la enfermedad siga su curso.

Si quieres sanar cómo yo, te acompaño a comprender la verdadera herida que hace que no puedas amarte.

Necesitas descansar y sólo podrás hacerlo haciendo las paces con tu cuerpo.

No lo olvides, no te olvides.

Jessica 💜

·El Lenguaje del Alma·

 

 

Safe Creative #1809050311444