Sentirnos uno con nuestro cuerpo no es tan sencillo como parece. Hace años que sufría enfermedades que me hacían vivir una lucha interna de amor-odio hacia mi cuerpo dolorido.
Aprender a habitarnos, es saber sostener nuestra energía equilibrada en nuestro centro. Cuando el dolor llama a la puerta, debemos escucharle, prestar atención a aquello que con mimo, nos está avisando de que algo no va bien. Todo comienza en los planos sutiles, pero cuando no nos atendemos, atraviesa la materia para poder expresar la incoherencia vivida. Hacer las paces con el dolor cuesta. Y lo sé por experiencia, ya que muchas veces el dolor físico no es el peor de todos, si no la incomprensión y frustración de ver cómo no responde tu cuerpo. A veces la maquinaria no funciona como esperábamos y es que, hasta que no nos da un toque, no le prestamos atención. Por eso debemos ser conscientes de que nuestro Ser, nuestra alma, está siendo sostenida y habitada por nuestro cuerpo. Está siendo mimada y protegida por nuestro plano físico, la esencia hecha materia para poder experimentar, nuestra existencia terrenal. Por eso quiero que hoy, mimes tu cuerpo, ese recipiente donde decidiste encarnar, pues es el primer cuerpo que debes aprender a habitar para poder amarte en todas tus versiones.
No rechaces su dolor y escucha que está cansado de las incoherencias que te haces a diario.
No rechaces su cansancio y date el espacio que necesita para liberarse.
No rechaces su reflejo, pues es quien te permite vivir.
Ámate cuando más te rechaces pues será cuando más te necesites. Déjate arropar por el calor de tu esencia, abrigando al cuerpo que quiere ser uno para poder continuar experimentando la vida, tu vida. Debemos aceptar que estamos heridos para poder sanar, o de lo contrario, solo continuaremos poniéndonos parches.
Sé valiente y decide amarte.
Jessica 💜
·El Lenguaje del Alma·