Una de las mayores lecciones que tenemos que aprender es a reconocer nuestros límites.
El Ser humano suele actuar automáticamente sin prestar atención real a aquello que está realizando, por ello, el universo siempre te va a poner delante la realidad que refleje la incoherencia de tu atención. Poner los límites es saber desde dónde das y desde dónde actúas. Dar para recibir solo genera un enganche energético de dependencia donde necesitas de un otro para integrar en ti, el desajuste energético derivado por programaciones y heridas ocultas a tu Ser. Los límites de actuar frente el otro vienen por carencias y miedos, de rechazo o abandono ejerciendo así un rol de salvador que tan solo te acabará ahogando en la dependencia que creas del otro. Debes conocer donde, a quién y porqué das tu energía al otro, pues si no, será el reflejo de tu cuerpo el que te mostrará cuando parar esa rueda de inercia que te aleja de tu sentir, apagando y ahogando tu esencia. Nutrirse a si mismo no es tan sencillo como parece, hay que implicarse en amarse y para ello necesitamos tiempo de calidad para cuidarnos y así, poder continuar con nuestra realidad. Nunca te dejes para después o las facturas que se cobrarán tu cuerpo mental y tu cuerpo físico, son difíciles de asumir.
No lo olvides, no te olvides.
Si tú no estás para cuidarte a ti, nadie podrá hacerlo por ti.
Reconocerse en el descanso es honrarte.
Ámate a cada segundo de tu vida, tan solo tienes esta existencia consciente.
Os honro, nos amo.
Jessica 💜
·El Lenguaje del Alma·