Siempre tenemos tareas por hacer, obligaciones, trabajos, emprendimientos y sueños por construir.
La mente no deja de recordarnos a cada instante, todo aquello que te prometiste hacer y que aún no has hecho. Y es que la mente, es tu personaje más cruel, es saboteador, tirano y sobre todo muy oportunista. Cuando caemos, estamos cansados, o simplemente necesitamos tiempo para no hacer nada, la mente siempre está ahí recordando qué has hecho y qué te falta por hacer. Te instala el programa del no puedo, no valgo y no sirvo, grabado a fuego lento, día a día para que la presión vaya siendo cada vez mas asfixiante. No nos da margen para asentarnos, pues siempre quiere juzgar aquello que hacemos o que no hacemos, nos compara con el otro y nos sabotea para que no podamos apagar su radiofrecuencia. Domar la mente se hace muy difícil. Pues hemos creado con mimo al personaje que va en el timón y cuando ya no queremos que tome el control, se aferra para seguir dándonos trabajo, alejándonos de nuestro sentir. La mente ahoga al cuerpo con su insistencia, con sus prisas y con su ruido mental. Por eso, debes aprender a escucharte, para que, junto con tu cuerpo y tu alma, acabéis siendo uno. No es fácil vivir en equilibrio, pero créeme, el primer paso ya lo has dado, si no, no estarías leyendo esto. Así que dale esa calma a tu mente, dila que estás haciendo lo que puedes con todo aquello que sabes. Dila que aún quedan cosas por sanar, procesos que vivir, pero que si estáis juntos, todo será más sencillo. Unifica siempre tu mente con tu cuerpo, para poder dar voz al alma que quiere volar.
Debemos aceptar que estamos heridos para poder sanar, o de lo contrario, solo continuaremos poniéndonos parches.
Jessica 💜
·El Lenguaje del Alma·