Se que a veces tenemos miedo por lo que pueda ocurrir, qué será del mañana o cómo voy a poder continuar.

Si es que, nos hemos olvidado tanto de lo que importaba en la vida.
Que así nos lo tienen que recordar.

Y es que el cuerpo duele.
Siempre nos da un toque de atención, una llamada desesperada.

Los hombros están cansados del peso de los días,
Las lumbares resentidas por no poder ser el sustento para los tuyos.
Las rodillas, desgastadas por el tiempo que has tenido que aceptar todo aquello que te habías jurado no volver hacer.

Todo son pequeñas señales, de que estabas equivocado.

Sabes que has estado sobreviviendo todos estos años, haciendo lo mejor que sabías,
con lo que tenías y podías ofrecer.
Pero nunca era suficiente, y así fuiste consumiendo tu llama, en silencio, en el vacío de tu soledad.

Tan solo en las noches, que seguramente, el “mañana será otro día”, era grabado a fuego en tu piel para confiar en que algún día pudieses descansar.

Y mírate ahora, con el cuerpo cansado de remiendos, con la voz seca por no encontrar palabras y el corazón con un latido mudo qué hace que los pies no quieran continuar bailando.

Y sabes que te digo?

Que tienes todo de tu mano,
que todo esto puede cambiar,
pero solo será si tú quieres que cambie.

Si deseas volver a reír rodeado de tus amigos y familiares, bailando a la vida
y aullando a la luna que vuelves a estar preparado para una nueva aventura,
por todo eso que esta ante ti.

Lo único que debes hacer, es aceptar todo esto que te esta pasando.

Recordar todas y cada una de las veces donde el corazón se fue apagando.

Y con la ilusión de la vida, y la esperanza de que el mañana sí!
Va a ser un nuevo día, enseñar los dientes a la vida al ritmo del sonido de tu sonrisa.

Porque es hora de volver a casa, a tu hogar, a tu corazón.

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Jessica 💜

·El Lenguaje del Alma·