Transitamos tiempos donde se nos ha enseñado a vivir con una premisa inherente que nos invita a la prisa, dando lugar a una ansiedad innecesaria.
Estamos en los albores de un cambio de paradigma y es que el exterior, cambiará sólo cuando nos atrevamos a responsabilizarnos de nuestro interior.
Queremos todo ya y para ello, realizamos un montón de trabajos internos, abriéndonos procesos, uno tras otro, sin permitirnos el tiempo de integración.
El hacer por acumular, nunca sirvió de nada, ya que el mental necesita comprensión, pero el alma necesita la aceptación integrada con el espíritu para poder liberar las densidades de los programas terrenales.
La materia tiene sus tiempos, y su espacio, y aunque queramos correr, no podremos avanzar si no damos tiempo al tiempo.
La calma es la balsa de agua que mece y permite limpiar nuestra consciencia, si no nos abrimos a esa contemplación, la marea nos arrastrará hasta formar el próximo huracán en nuestro presente.
Por eso debemos ir sanando los patrones y programas de uno en uno, dando la atención que se merece a cada conflicto vivido, o de lo contrario continuaremos atropellando nuestro sentir, sin conocer el desde dónde y el para qué, de todo lo vivido.
Debemos tenernos paciencia, llevamos vidas sin descubrirnos y en ésta que comenzamos a encontrarnos, no nos permitimos esa contemplación y honra, a la memoria existencial vivida.
Respira alma amorosa, tienes en tus manos la oportunidad del agradecimiento ante ti, toda una existencia para contemplar, la obra de tu realidad.
Ámate en tus días, abrázate en tus noches
Te vas a necesitar.
Os honro, nos amo
Jessica 💜
·El Lenguaje del Alma·