En el vasto tapiz del cosmos, hay almas que han danzado a lo largo de las eras, buscando ese reencuentro anhelado. Vínculos tejidos en tiempos inmemoriales, entrelazados por el hilo invisible del amor eterno, encuentran su resonancia en el susurro del viento y en el canto profundo de los cetáceos, guardianes de los océanos y heraldos de la conexión primordial.
Las ballenas y los delfines, con su sabiduría milenaria, han sostenido la promesa de este reencuentro, guiando a los seres dispersos a lo largo de sus experiencias terrestres. Sus canciones, resonando a través de las profundidades marinas, han sido faros de esperanza, ecos de una unión destinada a Ser. En cada nota, las almas que alguna vez compartieron un mismo latido sienten la vibración de un amor que trasciende el tiempo y el espacio.
En la pureza de los niños, esos seres de luz, reside el hilo conductor de esta conexión. Sus risas cristalinas y sus miradas inocentes recuerdan la verdad esencial de nuestra existencia: el amor como fuerza unificadora. Ellos, con su capacidad innata para ver más allá de lo visible, han mantenido encendida la llama de la esperanza, recordándonos que en el corazón de la inocencia reside la llave para el reencuentro de las almas.
Así, una tribu de seres diversos, unida por el anhelo de la verdad, ha seguido el eco de los cetáceos y la pureza de los niños, buscando el resonar de una única verdad, el pulso de un mismo corazón. Con cada paso dado, han sentido la presencia de aquellos que comparten su destino, almas que laten en sincronía, entrelazadas en un abrazo cósmico.
El reencuentro, esperado por vidas, es una danza sagrada de luces y sombras, de risas y lágrimas, donde cada alma reconoce en la otra la chispa divina que las une. Y en ese momento, cuando el tiempo se detiene y el espacio se desvanece, el amor se revela en su forma más pura y sublime. Las almas, finalmente reunidas, vibran al unísono, unidas por la melodía eterna del atardecer en la inmensidad del fuego, tejiendo un tapiz de amor que resuena en el corazón del universo.
Gracias por ser tribu
Gracias por ser familia
Gracias por el reencuentro
Os honramos, nos amamos
Jessica y Gorka • 💜💜
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