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La entrada marcada hacia el 2026

Son días de transición donde siento con claridad cómo el cuerpo físico se resiente. El cansancio, los dolores de cabeza, la presión en los huesos… no son simples síntomas, sino señales de lo profundo: las estructuras telúricas están resquebrajándose, y con ellas, también las nuestras.

La energía que llega desde el Sol central irradia con tal intensidad que no deja rincón sin iluminar. Y esa fuerza, nos pide soltar lo que ya no puede seguir sosteniéndose.

Pienso en lo que sucedió hace unos meses y comprendo que aún ni hemos comenzado a vivir sus ecos. La inconsciencia colectiva, la dificultad para integrar y liberar los viejos patrones, pesa y agota. Y mientras tanto, Gaia arde. Nuestra madre necesita sostén, necesita que recordemos su latido en el nuestro, que honremos la vida en cada gesto y asumamos el compromiso de cuidar aquello que nos sostiene.

Desde la SupraConfederación se reorganiza, las frecuencias se reestructuran, y los frutos de este tiempo se revelarán en los años por venir.

Dentro de mí vibra un recuerdo nítido: la entrada marcada hacia el 2026.

Recuerdo haber venido para detener y corregir el desfase temporal que se fue abriendo en la Tierra, para cerrar esas brechas que generaron desconexión y devolver el cauce original. Ese propósito late en lo profundo de mi Ser y hoy se activa con más fuerza que nunca.

Sé también que hubo activaciones que no debieron realizarse, nacidas de planes oscuros de robo y destrucción. Y, sin embargo, al mirarlo todo desde aquí, empiezo a ver el sentido oculto. Las piezas encajan, el velo se levanta, y el fractal de Magdala despierta en mí, recordándome quién soy y para qué vine.

El dolor es real. La fatiga es real. Pero lo es también la transformación que atraviesa cada fibra. Por eso invoco a los elementos, al agua, al fuego, al aire y a la tierra, para que se reordenen en equilibrio y entren en la escucha global que traiga calma. Distinguir la verdad interna se ha vuelto la brújula que me sostiene, la voz que me recuerda que nada de esto es en vano.

Todo se está reacomodando. Aunque la mente dude y los cuerpos se agoten, el alma sabe: estos son los tiempos del despertar.

No lo olvides, No te olvides

Jessica y Gorka 💜💜

Te acompañamos a tu reencuentro

·El Lenguaje del Alma·

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