Hoy, bajo la majestuosa luz de la Luna Llena, la invitación no es a actuar, sino a sentir. En lugar de buscar respuestas afuera, es momento de volver al centro, a ese espacio silencioso dentro de ti donde todo se alinea y la verdad se revela sin esfuerzo. Hoy, la magia no reside en rituales o palabras pronunciadas, sino en la quietud del Ser, en el simple acto de estar presente.
Es un momento para abrazar la calma que el caos de los días tiende a ocultar, para permitir que las emociones fluyan sin resistencias, como un río que finalmente encuentra su cauce. La Luna, llena y brillante, nos recuerda que, así como ella completa su ciclo, nosotros también estamos en proceso de cierre, de soltar lo que ya no necesitamos. No hay necesidad de forzar, ni de controlar. Solo de permitir.
Deja que esta noche sea un susurro de quietud. Siente el viento, observa el cielo, y en esa contemplación, siente cómo las cargas que llevas comienzan a disiparse, como si la misma luz de la Luna las diluyera en su vasto brillo. Hoy no hay pasos que seguir, no hay guías externas. Todo lo que necesitas saber ya está dentro de ti, esperando ser escuchado.
El verdadero ritual es el de la aceptación, el de permitirte Ser exactamente quien eres, sin juicios ni expectativas. Porque en esta noche, más que nunca, la transformación ocurre en la simpleza de estar presente. Permítete el regalo de la introspección, de observar sin hacer, de sentir sin intervenir. Y así, en el silencio de tu propio Ser, encontrarás la claridad que tanto buscas.
Hoy, la única ofrenda que la Luna te pide es tu presencia.
No lo olvides, No te olvides
Te acompañamos a tu reencuentro
