Estamos atravesando un umbral sagrado.
Lo viejo se disuelve, como hojas que caen en otoño, y lo nuevo nace suave pero imparable, desde lo más profundo de nuestro Ser.
Has caminado largo, a veces en silencio, otras con lágrimas, otras con fuego en el corazón. Has sido valiente incluso cuando no te sentías fuerte. Y aunque muchas veces creíste que no hacías suficiente, lo cierto es que tu sola presencia ha sido parte del cambio.
Hoy te abrazo desde este lugar de certeza: estás floreciendo.
Estás dejando atrás lo que ya no vibra contigo; trabajos, relaciones, creencias, máscaras. Estás volviendo a ti, a tu verdad, a tu luz. Todo lo que se está moviendo en tu vida no es caos, es reordenamiento sagrado.
Permítete sentir, llorar, soltar. Date tiempo, amor, ternura. No estás perdido, estás renaciendo.
Lo que viene no es algo que tengas que conquistar. Es algo que ya eres. Estás recordando cómo caminar desde el alma, con los pies en la Tierra y el corazón encendido.
Sigue eligiendo lo que se siente verdadero. Defiende tu luz sin lucha, solo siendo tú.
No estás solo: muchos corazones como el tuyo están despertando al mismo tiempo.
Estamos volviendo a casa, juntos.
Respira. Confía.
Estás justo donde debes estar.